Para los conocedores, el CLK de Mercedes Benz es auténtico agasajo, pues es uno de los coches deportivos de mayor lujo que se fabrican y sus orígenes se remontan a 1996 cuando salió al mercado la primera versión que acaparó las miradas de los expertos principalmente por la potencia de su motor, su sistema de control de estabilidad, tracción y antibloqueo de frenos.
La segunda generación del Mercedes Benz Clase CLK apareció en 2002 y con la buena impresión que dejó su antecesor, en poco tiempo se convirtió en uno de los más vendidos, porque fue totalmente renovado con un sistema de cambio secuencial de siete marchas y la gran novedad: un sistema de arranque sin llave.
Como si el estilo y potencia que ofreció el CLK desde el inicio no fuera suficiente, Mercedes Benz desarrolló una versión GTR pensando en convertirlo en uno de los favoritos del Gran Turismo, previsto para competir en carreras, cumpliendo con algunas adecuaciones para hacerlo un vehículo de calle, es decir, materializó la fusión de un coche extremadamente veloz accesible para que se conduzca en la ciudad o carretera.
Las diferencias entre el CLK y los coches de carreras son mínimas, pues las comodidades y refinamiento del vehículo son las mismas, pues la premisa de Mercedes Benz fue sacar al mercado un auténtico ejemplar de competencia para recorrer las calles sin tener que incrementar el precio final. Sus asientos son de piel y cuenta con dos pequeños maleteros, así como un sistema de control de tracción que hacen su conducción segura.